Originales de 1979
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Yo aun ni había nacido… pero tirando de historia, se que nos gobernaba UCD, llorábamos con 'Kramer contra Kramer' y escuchábamos en la FM el 'Highway to Hell' de los AC/DC,... era 1979 y Nike sacó la 'Tailwind', una zapatilla que revolucionó el mundo del deporte y que se convirtió en el objeto de deseo de miles de adolescentes en todo el mundo.
Hoy día quieren convencernos de que muchas zapatillas son míticas, grandes, históricas, y parece la mejor idea volver a ponerlas a la venta. En realidad, la mayoría de ellas no lo fueron. Sin embargo, la Nike Air Tailwind parece olvidada y si lo fue…
La persona que inventó la tecnología 'Air' no era un trabajador de Nike, sino de un ingeniero aeroespacial llamado Frank Rudy. La idea original era colocarlas en botas de esquí, pero tras algunas negativas y fracasos (Head sacó unas botas con "su aire"), adaptó el invento a zapatillas. Y la historia es curiosa, el científico, luciendo la pinta típica de despistado llegó a Nike con la idea en la cartera: "Les puedo ofrecer una amortiguación que nunca desaparezca", les dijo, pero le dieron con la puerta en las narices. Después de recorrer otras compañías con igual resultado, volvió a la firma con nombre de diosa griega y a la segunda, le hicieron más caso.
El fundador de Nike, Phil Knight, salió a correr con un primer prototipo y el acuerdo quedó sellado. Ahora sólo quedaba colocarlo en la línea de producción. Las cámaras de aire deberían colocarse no en la plantilla (donde el rozamiento provocaba un calor insoportable) sino en la mediasuela, por lo que había que encontrar el modo de mantenerlo entre la espuma flexible pero que no dejara escapar el aire del interior. La idea de Rudy consistía en una plantilla compuesta de una película de poliuretano inflada con gas y sellada de modo que no se estropeaba con el tiempo, con ella el último paso era tan cómodo como el primero. El trabajo de los diseñadores de Nike consistió en colocarla dentro de un calzado apropiado.
La 'Tailwind' se convirtió en la zapatilla de atletismo más técnica del momento.
Los estudios decían que un maratoniano que corriera con cámaras de aire consumían un 2.8% menos de energía, a pesar de que los pegamentos usados hacían que la zapatila con aire pesara más. Pero algunos corredores veían que era una tecnología cómoda, pero inestable. Desde Nike no creían que el "aire" fuera útil para todos, pero podía ser adecuado para un grupo de corredores.
Usando piezas de la LDV (otra zapatilla de la época) se creo la Tailwind. La primera zapatilla con cámara de aire no sólo debía ser revolucionaria, sino parecerlo. Para ello, se la decoró con una malla plateada.
El lugar de estreno fue el Marathon de Honolulu de 1978, patrocinado por Nike. Las zapatillas llegaron a las tiendas sólo unas horas antes y se agotaron inmediatamente. Sin embargo, pronto comenzaron los problemas; las zapatillas se reventaban fácilmente. No por la cámara de aire, sino por las escamas metálicas usadas para darle una imagen novedosa. Nike se comprometía a devolver los 50$ que costaba (la zapatilla más cara del momento), aunque la mayoría de corredores estaba tan contento con la amortiguación que las conservaron a pesar de todo.
Fue tal la curiosidad suscitada en la gente por el invento que el siguiente paso fue enseñarlo. En 1987 al diseñador Tinker Hatfield se le ocurrió la Air Max, con unas ventanas a los lados de la entresuela que dejaban ver la cámara amortiguadora de marras. En el modelo de 1991, el Air 180, la ventana se abría mucho más, con lo que la suela de aire quedaba al descubierto. Fue quizás la Air Max del 93 la que más recuerdo, con aquella burbuja plástica sobresaliendo. Más elegantes y refinadas, las Air Max del 95 y 97 abonaron el terreno a los tonos metalizados. Con el modelo del 2003 el 'air' se expande en toda su lungitud, algo que culmina en la sofisticada Air Max 360. Alta gama, vamos.
El nombre Tailwind, (viento de cola), se ha mantenido hasta la fecha en una serie que tiene poca relación con la primera, situándola muy lejos de las carreras.
Como curiosidad, deciros que el ultramaratoniano Dean Karnazes, patrocinado por The North Face, cuenta en su libro "Ultramarathon" sus años de instituto con un recuerdo para la Tailwind.
"Recuerdo mi primer par de tailwinds, como recuerdo mi primer amor, como las sentía en mi mano, el olor de las suelas de goma. Viendo los capítulos repetidos de la isla de Guilligan, por la tarde, me pasaba el capítulo entero retorciendo y apretujando las zapatillas para hacerlas ceder".
Hoy día quieren convencernos de que muchas zapatillas son míticas, grandes, históricas, y parece la mejor idea volver a ponerlas a la venta. En realidad, la mayoría de ellas no lo fueron. Sin embargo, la Nike Air Tailwind parece olvidada y si lo fue…
La persona que inventó la tecnología 'Air' no era un trabajador de Nike, sino de un ingeniero aeroespacial llamado Frank Rudy. La idea original era colocarlas en botas de esquí, pero tras algunas negativas y fracasos (Head sacó unas botas con "su aire"), adaptó el invento a zapatillas. Y la historia es curiosa, el científico, luciendo la pinta típica de despistado llegó a Nike con la idea en la cartera: "Les puedo ofrecer una amortiguación que nunca desaparezca", les dijo, pero le dieron con la puerta en las narices. Después de recorrer otras compañías con igual resultado, volvió a la firma con nombre de diosa griega y a la segunda, le hicieron más caso.
El fundador de Nike, Phil Knight, salió a correr con un primer prototipo y el acuerdo quedó sellado. Ahora sólo quedaba colocarlo en la línea de producción. Las cámaras de aire deberían colocarse no en la plantilla (donde el rozamiento provocaba un calor insoportable) sino en la mediasuela, por lo que había que encontrar el modo de mantenerlo entre la espuma flexible pero que no dejara escapar el aire del interior. La idea de Rudy consistía en una plantilla compuesta de una película de poliuretano inflada con gas y sellada de modo que no se estropeaba con el tiempo, con ella el último paso era tan cómodo como el primero. El trabajo de los diseñadores de Nike consistió en colocarla dentro de un calzado apropiado.
La 'Tailwind' se convirtió en la zapatilla de atletismo más técnica del momento.
Los estudios decían que un maratoniano que corriera con cámaras de aire consumían un 2.8% menos de energía, a pesar de que los pegamentos usados hacían que la zapatila con aire pesara más. Pero algunos corredores veían que era una tecnología cómoda, pero inestable. Desde Nike no creían que el "aire" fuera útil para todos, pero podía ser adecuado para un grupo de corredores.
Usando piezas de la LDV (otra zapatilla de la época) se creo la Tailwind. La primera zapatilla con cámara de aire no sólo debía ser revolucionaria, sino parecerlo. Para ello, se la decoró con una malla plateada.
El lugar de estreno fue el Marathon de Honolulu de 1978, patrocinado por Nike. Las zapatillas llegaron a las tiendas sólo unas horas antes y se agotaron inmediatamente. Sin embargo, pronto comenzaron los problemas; las zapatillas se reventaban fácilmente. No por la cámara de aire, sino por las escamas metálicas usadas para darle una imagen novedosa. Nike se comprometía a devolver los 50$ que costaba (la zapatilla más cara del momento), aunque la mayoría de corredores estaba tan contento con la amortiguación que las conservaron a pesar de todo.
Fue tal la curiosidad suscitada en la gente por el invento que el siguiente paso fue enseñarlo. En 1987 al diseñador Tinker Hatfield se le ocurrió la Air Max, con unas ventanas a los lados de la entresuela que dejaban ver la cámara amortiguadora de marras. En el modelo de 1991, el Air 180, la ventana se abría mucho más, con lo que la suela de aire quedaba al descubierto. Fue quizás la Air Max del 93 la que más recuerdo, con aquella burbuja plástica sobresaliendo. Más elegantes y refinadas, las Air Max del 95 y 97 abonaron el terreno a los tonos metalizados. Con el modelo del 2003 el 'air' se expande en toda su lungitud, algo que culmina en la sofisticada Air Max 360. Alta gama, vamos.
El nombre Tailwind, (viento de cola), se ha mantenido hasta la fecha en una serie que tiene poca relación con la primera, situándola muy lejos de las carreras.
Como curiosidad, deciros que el ultramaratoniano Dean Karnazes, patrocinado por The North Face, cuenta en su libro "Ultramarathon" sus años de instituto con un recuerdo para la Tailwind.
"Recuerdo mi primer par de tailwinds, como recuerdo mi primer amor, como las sentía en mi mano, el olor de las suelas de goma. Viendo los capítulos repetidos de la isla de Guilligan, por la tarde, me pasaba el capítulo entero retorciendo y apretujando las zapatillas para hacerlas ceder".
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